Busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. Mateo 6:33
El problema del afán y la ansiedad ha estado muy de moda en los últimos meses. Hace algún tiempo, Estados Unidos, país donde resido por más de veintidós años, tuvo una de las peores crisis financieras del país. Fueron días y meses en los que solo se escuchaba decir a la gente: «Estamos muy mal. La crisis es terrible. Las cosas empeoran cada vez más». Lo mismo se escuchaba en las noticias de la radio, la televisión y la prensa. Era, como digo yo, un bombardeo de cosas negativas que llegaban a diario a nuestra mente.
Sin embargo, recuerdo que nosotros en la radio y en la iglesia contrarrestábamos esto.
¿Por qué? Porque Dios en su Palabra es muy claro, pero actuamos como si no le creyéramos.
Por ejemplo, Él dijo: «En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo» (Juan 16:33, rv-60).
Además, en el pasaje de Mateo 6:25-34 se nos aclara todo el tiempo su interés por nuestro bienestar. Desearía que hicieras la excepción y leyeras el capítulo completo, pues vale la pena. Al hacerlo, quizá logres entender cómo piensa y actúa Dios, no tengas ansiedad y aprendas a descansar en Él.
Dios nos ama, pero necesita que nuestra confianza esté puesta en Él. Nuestra labor como sus hijos es la de tomar cada una de sus promesas para nosotros. Entonces, cuando se presenten las tormentas de la vida, comprenderemos que no estamos solos. Y aunque no veamos la mano de Dios, nos percataremos que Él está ahí para ayudarnos.
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