No estén tristes, pues el gozo del Señor es nuestra fortaleza. Nehemías 8:10
Sin duda, recuerdas que hemos hablado que el gozo del Señor es nuestra fortaleza. Eso significa que si permanezco alegre, eso será lo que les transmitiré a los demás.
Sin embargo, quizá este no sea tu caso. Es posible que las deudas te estén ahogando, que tu hogar esté destruido o que tu hijo esté involucrado en las drogas. Entonces, quizá me digas: «Bueno, ¿cómo voy a tener gozo cuando tengo tantos problemas?».
La respuesta no la tengo yo, sino que la tiene el Dios de los imposibles. Aunque las cosas para ti no sean para nada fáciles, Él desea verte con gozo.
Si nos dejamos llevar por la tristeza o por el dolor, ¿cómo serían nuestros días y cómo testificaríamos de un Dios que nos ama? Es una bendición poder aprender y poner en práctica la vida con gozo a pesar de los pesares.
Si lo analizamos, podemos decir que el gozo es una decisión. Eso lo determiné hace ya varios años. Después de mi crisis de salud, aprendí a valorar más las cosas, a vivir feliz y a no dejar que me despojaran de las bendiciones de mi Padre. Por eso, mi oración diaria es por fortaleza para seguir mi vida con entusiasmo.
¿Y tú? No permitas que nada ni nadie te roben el gozo del Señor.
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