Leer: Romanos 7:14-25 | La Biblia en un año: Mateo 17
… Pero yo soy meramente humano, y estoy vendido como esclavo al pecado (Romanos 7:14 NVI).
El escritor británico Evelyn Waugh manejaba sus palabras de un
modo que acentuaba sus debilidades. Finalmente, se convirtió al
cristianismo, pero la lucha seguía. Un día, una mujer le preguntó: «Sr.
Waugh, ¿cómo puede comportarse así y seguir llamándose cristiano?». Él
respondió: «Señora, créame, si no fuera por mi religión, difícilmente
parecería un ser humano».
Waugh experimentaba la lucha interna que describió el apóstol Pablo:
«el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo» (Romanos 7:18).
También dice: «Sabemos que la ley es espiritual. Pero yo soy un simple
ser carnal» (v. 14 RVC). Luego, explica: «Porque según el hombre
interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis
miembros, […] ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?» (vv. 22-24).
Finalmente, responde exultante: «¡Gracias a Dios! La respuesta está en
Jesucristo nuestro Señor» (v. 25 NTV).
Cuando ponemos nuestra fe en Cristo, reconociendo nuestro pecado y la
necesidad de un Salvador, nos convertimos de inmediato en una nueva
creación, aunque el crecimiento espiritual dura toda la vida. Como
señala el apóstol Juan: «ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha
manifestado lo que hemos de ser; pero […] cuando él se manifieste,
seremos semejantes a él» (1 Juan 3:2).
Señor, hazme cada día más semejante a ti.
«Ser cristiano significa perdonar lo inexcusable en otro, porque Dios ha perdonado lo inexcusable en ti». C. S. Lewis
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