El Señor te guiará siempre [...] Serás como jardín bien regado, como manantial cuyas aguas no se agotan. Isaías 58:11
Somos el resultado de las decisiones que tomamos. Después de todo lo que Dios me ha permitido vivir, observa el resultado. Hoy ustedes leen este libro, mi historia en pequeños fragmentos, donde conocen quién soy y mis experiencias: dos divorcios, madre soltera por varios años, una relación fuera del matrimonio con el resultado de una hija que es una bendición en mi vida, mi compañerita bella, y el paso por la mayor prueba de salud de mi vida donde estuve al borde de la muerte. Todas estas cosas me han dejado una enorme lección… somos el resultado de lo que decimos, pensamos, comemos y hacemos.
Somos absolutamente responsables de lo que hacemos con nuestra vida. Sin embargo, no se nos puede olvidar que en esas decisiones podemos llevar por delante a las personas que más queremos. Permitamos que Dios sea nuestro consejero, nuestro amigo, nuestra guía, a fin de que no vivamos arrepentidos de los que hicimos o lo que dejamos de hacer.
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