«Honra a tu padre y a tu madre —que es el primer mandamiento con promesa— para que te vaya bien y disfrutes de una larga vida en la tierra». Efesios 6:2-3
¿Sabías que Dios dejó Diez Mandamientos? No obstante, al único que le añadió una promesa fue en el que dijo lo siguiente: «Honra a tu padre y a tu madre, para que disfrutes de una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios» (Éxodo 20:12).
Sé que los padres no son perfectos. Muchos han cometido graves errores con sus hijos por falta de información o porque les criaron de la misma manera.
Así que nosotros podemos crecer con un resentimiento muy profundo en el corazón, con un rechazo a ese papá que nos abandonó, que nos maltrató, que se emborrachó muchas veces y que golpeaba a nuestra madre. O hacia una madre que insultaba a su hijo o que nos castigaba sin compasión. De modo que esa ira va guardándose por años y, aunque dijéramos que el tiempo lo borra todo, no sucede lo mismo en este caso.
Dios nos recomienda que honremos a nuestros papás y eso significa perdonar y sanar esas heridas del pasado. Es no juzgar lo que hicieron y vivir solamente el principio, pues Dios se encarga de lo demás.
No quiero que pases un día más sin pedirle perdón a tu madre o a tu padre. Si ya no está en este mundo, aprendí una técnica de perdón que da buenos resultados en este caso y es escribirle una carta. Sabemos que no la leerá porque ya no está, pero el efecto es de muchísima sanidad para ti. Allí podrás colocar todas tus frustraciones, iras y resentimientos que necesitas entregar a fin de lograr vivir al pie de la letra este versículo.
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