Bueno es el Señor; es refugio en el día de la angustia, y protector de los que en él confían.
Nahúm 1:7
Si nos tocara escoger entre el dolor y la angustia, creo que no sabríamos qué responder.
La angustia es esa agonía que se puede prolongar y te puede destruir poco a poco.
Creo que no hay nada más extraño que sentir ese vacío en nuestro estómago. Esos pensamientos que se deslizan por nuestra mente y nos hacen palpitar más fuerte el corazón y hasta sudar sin control.
Dios nos dice en su Palabra varias veces que no debemos vivir angustiados; y que si lo estamos, Él nos libra y nos ayuda. No obstante, solo hay un requisito para poder ver actuar a Dios a favor de nosotros en momentos de angustia y es buscar de Él. Otra manera de lograrlo es siendo obedientes a su Palabra, a sus mandamientos, y saber que Él escucha nuestra oración.
Pon tu mirada en Dios y no te desenfoques buscando amparo en otras cosas que no te ayudarán. Reta a Dios en este día y dile que aunque no entiendes lo que estás viviendo, vas a confiar en Él. Y que si llegan pensamientos contrarios, tú permanecerás en su Palabra.
Un Día a la Vez Copyright © by Claudia Pinzón. La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional® NVI® Copyright © 1986, 1999, 2015 by Biblica, Inc.® Used by permission. All rights reserved worldwide.
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