Leer: 1 Crón 17:1-4, 16-25 | La Biblia en un año: Lucas 2:25-52
… haz como has dicho. Permanezca, pues, y sea engrandecido tu nombre para siempre… (1 Crón 17:23-24).
David había hecho los planos. Diseñó el mobiliario, reunió los
materiales, organizó todo (ver 1 Crónicas 28:11-19), pero el primer
templo que se construyó en Jerusalén se conoce como el templo de
Salomón, no de David.
El Señor había dicho: «Tú no» (1 Crónicas 17:4). Había decidido que
Salomón, el hijo de David, construyera el templo. La reacción de David
ante esta negativa fue ejemplar. Se enfocó en lo que Dios haría, no en
lo que él no podría hacer (1 Crónicas 17:16-25). Mantuvo un espíritu de
gratitud, hizo todo lo que pudo y consiguió hombres talentosos para que
ayudaran a Salomón en la construcción (ver 1 Crónicas 22).
Un comentarista bíblico escribió: «Tal vez tengamos que aceptar que
el servicio que anhelamos no es aquello para lo que Dios nos ha llamado
[…]. Como David, quizá nos espere algo más grandioso».
David deseaba que el Señor fuera glorificado, no él. Con fidelidad,
hizo todo lo que pudo por el templo de Dios, colocando un fundamento
sólido para aquel que viniera después de él para concluir la obra. ¡Que
nosotros, del mismo modo, aceptemos la tarea que el Señor ha elegido
para darnos y que lo sirvamos con un corazón agradecido! Nuestro Dios
amoroso está haciendo algo «más grandioso».
Señor, que nuestras esperanzas y sueños más íntimos coincidan con los tuyos.
Dios tal vez esconda el propósito de sus caminos, pero sus caminos siempre tienen sus propósitos.
No comments:
Post a Comment