¡Cuán precioso, oh Dios, es tu gran amor! Todo ser humano halla refugio a la sombra de tus alas.
Salmo 36:7 (NVI)
Hoy busco tu rostro, Dios mío, porque he entendido que mi identidad está en ti. Que no importa la condición física que tenga, pues tú me aceptas y me amas.
Así que debo empezar por aceptarme a mí mismo, ya que solo con tu ayuda lograré ser capaz de salir de esta ansiedad, esta tristeza y esta inconformidad por haber quedado con limitación o por la de algún ser querido.
En este día me declaro aceptado, amado, respetado, valorado y querido.
Además, pongo mi vida completa en tus manos, sabiendo que cuidas de mí y me cubres con tus alas de amor.
Ayúdame a desarrollar el carácter de tu Hijo y a vivir aceptando los propósitos que tienes para mí.
Te pido, mi Dios, que sanes mi alma, me limpies de toda falta de perdón y me uses como un ejemplo a seguir. Permite que mi vida sea de testimonio para cada uno de mis familiares, mis amigos y de todas las personas para las que mi vida pueda servir de influencia.
Gracias por tu misericordia que es nueva cada día.
Amén y amén.
Un Día a la Vez Copyright © by Claudia Pinzón. La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional® NVI® Copyright © 1986, 1999, 2015 by Biblica, Inc.® Used by permission. All rights reserved worldwide.
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