No juzguen a nadie, para que nadie los juzgue a ustedes. Porque tal como juzguen se les juzgará.
Mateo 7:1-2
¡Padre nuestro que estás en los cielos! Acudo a ti porque me he dado cuenta que con mis palabras y con mis comentarios muchas veces he ofendido y herido a otros.
Dios mío, deseo ser una persona más espiritual sin caer en el fanatismo. Guíame a fin de que, cuando vea o escuche cosas que no me gustan o no me parezcan bien, no sea quien levante ni una palabra en contra de nadie.
Si me has perdonado y me has aceptado como soy, ¿quién soy yo para juzgar a los demás?
Te pido que me des la oportunidad de cambiar y poder ser sabio y prudente.
Enséñame a medir las consecuencias de mis palabras y pon en mí misericordia por los demás. También ayúdame a comprender que cuando señalo a alguien, hay otros cuatro dedos señalándome a mí.
Te amo y te necesito.
Amén y amén.
Un Día a la Vez Copyright © by Claudia Pinzón.
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