El Señor afirma los pasos del hombre cuando le agrada su modo de vivir; podrá tropezar, pero no caerá, porque el Señor lo sostiene de la mano.
Salmo 37:23-24, NVI
Hoy vamos a ver la otra parte, la crítica que no te deja vivir, que no te deja tomar decisiones importantes por pensar en el que dirán. En cosas que dejamos de hacer para que no nos critiquen.
Si te identificas con esta breve introducción, quiero que sepas que el más criticado y el más señalado fue Jesús.
Nosotros debemos entender que siempre existirá la acción de la crítica, pues muchas personas te pueden criticar por envidia. La crítica bien manejada puede ser constructiva y te puede ayudar a corregir cosas en las que tal vez estés fallando.
No obstante, nuestra vida no puede estar solo pendiente de a quién le gusta o quién le parece lo que hacemos o dejamos de hacer.
A veces necesitamos que nos aprueben y la crítica es casi un estilo de vida.
Mi consejo en este día está dividido en dos:
1. La crítica constructiva es importante para evaluar lo que estamos haciendo y no debemos despreciarla. Y, como dice la Palabra de Dios, de lo que te digan saca lo bueno y desecha lo malo: «Examinadlo todo; retened lo bueno» (1 Tesalonicenses 5:21, RV-60).
2. No vivas del que dirán, y esto se ajusta a cualquiera que sea tu ocupación. Recuerda que nunca le caeremos bien a todo el mundo y que a todas las personas no les gustará lo que hacemos en la vida.
Por lo tanto, enfócate en hacer lo que Dios te aprueba y no te desenfoques.
Un Día a la Vez Copyright © by Claudia Pinzón.
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