El Señor te guiará siempre; te saciará en tierras resecas, y fortalecerá tus huesos. Serás como jardín bien regado, como manantial cuyas aguas no se agotan.
Isaías 58:11
Este mes de marzo es muy significativo para mí, pues fue cuando comencé varias de las cosas que hoy celebro con este devocional.
Por mencionar algunas de las tantas cosas que le agradezco a Dios: Hace veintitrés años que llegué a vivir en este país y hace veinte años que inicié mi carrera en la radio.
Quiero motivarte a que traigas a tu memoria todo lo que te ha dado Dios.
Que puedas hoy, al comenzar tu día, dar gracias por tu vida, por tus hijos, trabajo, salud, por todo.
Sé que la vida no ha sido fácil para ninguno de los que hoy leemos este libro. Tuvimos que salir de nuestros países y pasar por muchas necesidades. No obstante, cuando miramos y analizamos nuestra vida, de seguro que Dios nos ha guardado, nos ha bendecido, nos ha dado más de lo que esperábamos.
Y si tú dices: «Bueno, será para ella que le ha ido bien, pues yo aún no he logrado lo que quiero. Mi situación en este país ha ido de mal en peor. Aquí terminó mi matrimonio. En este lugar perdí a un hijo». Cualquiera que sea tu situación, no quiero que te desanimes, por favor.
En mi caso, valoro mucho más las cosas cuando se logran de manera difícil. No se trata de que sea masoquista, sino porque cuando las cosas mejoran, podemos ver la mano de Dios en cada una de ellas. Por eso, es tiempo de dar gracias y creerle a nuestro Padre celestial.
Cuando le entregamos nuestras preocupaciones por completo, nuestro panorama cambia porque Él es fiel.
Un Día a la Vez Copyright © by Claudia Pinzón.
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