Leer: Hebreos 10:19-23 | La Biblia en un año: 1 Samuel 15–16; Lucas 10:25-42
Mas a todos los que le recibieron […], les dio potestad de ser hechos hijos de Dios (Juan 1:12).
Cuando tenía doce años, mi familia se mudó a una ciudad en el
desierto. Después de la clase de gimnasia, en medio del calor, salíamos
corriendo a tomar agua. Como era delgado y pequeño, a veces, me
empujaban para adelantarse a tomar agua. Un día, mi amigo José, que era
grande y fuerte, vio lo que me sucedía. Estiró su brazo y exclamó:
«¡Oigan! ¡Dejen que Banks beba primero!». Nunca volví a tener problemas
en el bebedero.
Jesús entendía lo que es enfrentar el maltrato extremo. La Biblia
muestra que fue «despreciado y desechado entre los hombres» (Isaías
53:3). Pero Jesús no fue solo una víctima, sino que se transformó en
nuestro defensor. Al entregar su vida, abrió un «camino nuevo y vivo»
para relacionarnos con Dios (Hebreos 10:20). Hizo por nosotros lo que
jamás podríamos haber logrado solos, al ofrecernos el regalo de la
salvación si nos arrepentimos de pecado y confiamos en Él.
Jesús es el mejor amigo que podríamos tener. Él dijo: «al que a mí
viene, no le echo fuera» (Juan 6:37). Otros quizá nos hayan rechazado o
incluso empujado, pero Dios nos abrió los brazos a través de la cruz.
¡Qué fuerte es nuestro Salvador!
«La obra redentora del amor se cumplió; peleada está la guerra; ganada la batalla. En vano la muerte le prohíbe levantarse; Cristo ya abrió el paraíso». Charles Wesley
El regalo de Dios tuvo un alto precio para Él.
No comments:
Post a Comment