Leer: Juan 16:7-15
La Biblia en un año: 2 Reyes 15–16; Juan 3:1-18
Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad… (v. 13).
Cuando subí al avión para ir a estudiar a una ciudad lejana, me
sentí nerviosa y sola. Pero, durante el vuelo, recordé cómo Jesús les
prometió a sus discípulos la presencia consoladora del Espíritu Santo.
Los amigos de Jesús seguramente quedaron desconcertados cuando Él les
dijo: «Os conviene que yo me vaya» (Juan 16:7). ¿Cómo podían ellos, que
habían presenciado sus milagros y aprendido sus enseñanzas, estar mejor
sin Él? Sin embargo, Jesús les dijo que, si se iba, vendría el
Consolador, el Espíritu Santo.
Cerca de sus últimas horas en la Tierra, Jesús les compartió algo a
sus discípulos (en Juan 14–17) para ayudarlos a entender su muerte y
ascensión. Algo central a esta conversación fue la venida del Espíritu
Santo, un consolador (14:16-17) que estaría con ellos (15:15), les
enseñaría (v. 26), testificaría (v. 26) y los guiaría (16:13).
Los que aceptamos la nueva vida que Dios nos ofrece, recibimos este
regalo de su Espíritu que mora en nosotros, nos convence de pecado y nos
ayuda a arrepentirnos. Este Consolador nos conforta cuando sufrimos,
nos fortalece para soportar las pruebas, y nos da sabiduría para
entender las enseñanzas de Dios, esperanza y fe para creer, y amor para
compartir.
Padre, gracias por enviar a tu Hijo a salvarnos y a tu Espíritu a consolarnos.
El Espíritu Santo llena a los seguidores de Jesús.
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