Leer: Lucas 6:46-49
La Biblia en un año: 2 Crónicas 17–18; Juan 13:1-20
¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo? (v. 46).
Una cruz enorme e iluminada se levanta sobre Table Rock, una
meseta rocosa que se ve desde mi ciudad. En la tierra aledaña, se
construyeron varios hogares, pero, hace poco, los dueños tuvieron que
mudarse por cuestiones de seguridad. A pesar de estar cerca del sólido
fundamento de esta meseta rocosa, las casas no son seguras. Estuvieron
moviéndose sobre sus cimientos, lo cual podría romper caños importantes y
acelerar el deslizamiento.
Jesús compara a los que escuchan y obedecen sus palabras con alguien
que construye su hogar sobre la roca (Lucas 6:47-48). Estos hogares
sobreviven a las tormentas. En cambio, dice que un hogar sin cimiento
firme (como las personas que no obedecen su instrucción) no puede eludir
las aguas.
En muchas ocasiones, me he sentido tentada a ignorar mi conciencia
cuando sabía que Dios me pedía más de lo que estaba dando, por pensar
que mi respuesta se había «acercado lo suficiente». Sin embargo, las
casas al pie de la montaña movediza me mostraron que estar «cerca» no es
suficiente cuando se trata de obedecer al Señor. Para ser como el que
construye su casa sobre la roca y soportar las tormentas de la vida que
tantas veces nos abruman, debemos obedecer por completo las palabras de
nuestro Señor.
Señor, ayúdame a obedecerte con todo mi corazón. Gracias por ser mi roca firme.
La Palabra de Dios es el único cimiento seguro para la vida.
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