Leer: Romanos 6:15-23
La Biblia en un año: Job 28–29; Hechos 13:1-25
… la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte (Romanos 8:2).
Después de ser secuestrado, tenido como rehén durante trece días y
liberado, el camarógrafo neozelandés Olaf Wiig anunció sonriente:
«Ahora, me siento más vivo que nunca».
Por razones difíciles de entender, ser liberado es más emocionante que estar libre.
Para aquellos que disfrutan de la libertad todos los días, el gozo de
Olaf fue un buen recordatorio de lo fácil que olvidamos la bendición de
este beneficio. Esto también es verdad en el ámbito espiritual. Quienes
hemos sido creyentes durante mucho tiempo, solemos olvidarnos qué
significa estar cautivo del pecado. Podemos dormirnos en los laureles y
hasta ser desagradecidos. Entonces, Dios nos envía un recordatorio en la
forma de un nuevo creyente, el cual da un testimonio exuberante de lo
que Dios ha hecho en su vida, y una vez más, sentimos el gozo de ser
libres «de la ley del pecado y de la muerte» (Romanos 8:2).
Si la libertad se te ha vuelto aburrida, o si sueles concentrarte en
lo que no puedes hacer, considera lo siguiente: no solo ya no eres
esclavo del pecado, ¡eres libre para ser santo y disfrutar de la vida
eterna con Jesús! (6:22).
Celebra tu libertad en Cristo dedicando tiempo para agradecer a Dios por todo lo que puedes hacer como su siervo.
¿Por qué cosas estás agradecido? Compártelo en
Vivir para Cristo trae verdadera libertad.
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