Leer: Romanos 5:1-11
La Biblia en un año: Salmos 20–22; Hechos 21:1-17
Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros (v. 8).
Una iglesia de mi ciudad tiene una singular tarjeta de bienvenida
que refleja el amor y la gracia de Dios. Dice: «Si eres un… santo, un
pecador, un perdedor, un ganador, un alcohólico, un hipócrita, un
tramposo, un miedoso, un inadaptado… te damos la bienvenida». Uno de los
pastores me dijo: «Todos los domingos, leemos en voz alta la tarjeta
durante las reuniones».
¡Cuántas veces aceptamos distintos rótulos y permitimos que nos
definan! Y con cuánta facilidad se los asignamos a otros. Sin embargo,
la gracia de Dios desafía los rótulos porque está arraigada en su amor,
no en nuestra percepción personal. No importa si nos consideramos
maravillosos u horribles, capaces o inútiles; podemos recibir la vida
eterna como un regalo de su parte. El apóstol Pablo les recordó a los
seguidores de Jesús en Roma que «Cristo, cuando aún éramos débiles, a su
tiempo murió por los impíos» (Romanos 5:6).
El Señor no nos pide que cambiemos por nuestra propia fuerza. En
cambio, nos invita a acercarnos tal cual somos para hallar esperanza,
sanidad y libertad en Él. «Mas Dios muestra su amor para con nosotros,
en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros» (v. 8). El Señor
está listo y dispuesto a recibirnos tal como somos.
Padre celestial, gracias por tu maravilloso amor en Jesús.
El perdón de Dios desafía nuestros rótulos de fracaso u orgullo.
No comments:
Post a Comment