Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.
Estos días estamos aprendiendo lo importante y lo benéfico que es tener la sanidad del alma.
¿Sabías
que muchas de las enfermedades son producto del rencor y la falta de
perdón? Las heridas que han quedado abiertas nos mantienen frustrados y
con raíces de amargura que con el paso del tiempo se manifiestan en
enfermedades.
Tú deseas un hogar, unos hijos y una vida en paz y
feliz. Por eso necesitas mirar hacia dentro y pedirle a Dios que te
muestre esas partes de tu vida que necesitan sanidad y libertad. Te
sentirás diferente cuando le permitas a que Dios obre en ti.
El
Señor nos da promesas de libertad y de bendición. Lo que a veces sucede
es que nosotros mismos detenemos esas promesas. Siéntete libre hoy y
dile a Dios tu deseo de cambiar.
Un Día a la Vez Copyright © by Claudia Pinzón
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