El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente.
En el Manual de Instrucciones, Dios nos dice que «abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo» (1 Juan 2:1).
Sin embargo, para que esto sea así, debes creerle a Dios y tener tu fe puesta en Él, a fin de que veas este versículo hecho realidad en tu vida.
A cada momento vivimos situaciones donde decimos: «¿Quién podrá defenderme ahora?». Entonces comprobamos que solo Dios puede ayudarnos porque Él es omnipotente y omnipresente.
Creerle a Dios es un gran beneficio, pues aunque tal parece que esa situación que hoy vives es un callejón sin salida, Dios tiene la salida para todo problema. Él tiene la última palabra y es el que cambia los decretos de muerte a vida, de enfermedad a sanidad, de prisión a libertad, de culpable a inocente.
A Dios le interesa que nos vaya bien.
De modo que si quieres activar esa defensa a tu favor, debes dejar de luchar con tus propias fuerzas, debes dejar de pensar que te las sabes todas y rendirte por completo a Jesús.
Un Día a la Vez Copyright © by Claudia Pinzón
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