Tuya es, Señor, la salvación; ¡envía tu bendición sobre tu pueblo!
Si volteas la página y vuelves a leer el versículo de ayer, te darás cuenta que Dios afirma en su Palabra que su bendición enriquece y no da tristeza.
Quizá esta sería una buena prueba para nosotros y así poder estar seguros de que lo que Él nos da es perfecto. Además, que Él es el único que conoce el tiempo en que nos debe dar sus bendiciones y que no se equivoca, pues las conoce desde la eternidad.
Es normal que tengamos sueños que se convertirán realidad y otros que no pasarán de ser sueños o caprichos que no están en los planes de Dios. Lo que sí te puedo garantizar es que lo mejor para nuestra vida son los sueños que nos da nuestro Padre celestial, ya que Él sabe lo que nos hará felices.
Aprendamos a esperar ese día en que llegue la bendición. Sentirás paz, gozo y un gran respaldo espiritual. Entonces, gozarás en verdad de ese regalo y te sentirás feliz.
Lo más hermoso de todo esto es que siempre Dios tratará de cumplir tus más profundos anhelos para verte feliz.
Un Día a la Vez Copyright © by Claudia Pinzón
No comments:
Post a Comment