¡Despierten, arpa y lira! ¡Haré despertar al nuevo día! [...] Te alabaré, Señor [...] Pues tu amor es tan grande que rebasa los cielos.
~ Salmo 108:2-4 (NVI)
Cada día trae su propio afán. Entonces, ¿por qué nos vamos a afanar por el día de mañana? Hasta la Biblia nos recomienda que dejemos el estrés y vivamos cada día como si fuera el último.
Eso no significa que no te proyectes al futuro y que no planifiques. Estas cosas son buenas. Lo que no es bueno es que te dejes robar la bendición al preocuparte antes de tiempo.
Aprender a descansar en el Señor nos trae muchas ventajas, pues vives en paz y afrontas tus problemas confiando en que tendrán solución. Aun estando en aprietos financieros, conoces quién es Dios que no te desampara ni de día ni de noche. Cuando descansas en Dios, es porque has entendido en realidad que tu Padre que está en los cielos cuidará de tus hijos aun cuando partas de este mundo.
Comencemos entonces a darle gracias a Dios por el día de hoy. Además, vivamos a plenitud y saquemos el mejor provecho del mismo aunque venga con cosas que no esperábamos.
Ora cada mañana y encomiéndale tu camino al Señor. Preocúpate por los negocios de Dios y Él se preocupará por los tuyos.
Gracias, Señor, por este nuevo amanecer. Lo entrego en tus manos. En el nombre de Jesús, amén.
Un Día a la Vez Copyright © by Claudia Pinzón
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