Monday, September 21, 2020

Devocional CPTLN — Santificado por Dios


Santificado por Dios

La palabra del Señor vino a mí, y me dijo: «Ustedes en la tierra de Israel acostumbran repetir aquel refrán que dice: "Los padres se comieron las uvas agrias, y a los hijos les dio la dentera." ¿En verdad lo creen? Vivo yo, que ese refrán nunca más volverá a repetirse en Israel. »Todos ustedes son míos. Lo mismo el padre que el hijo. Sólo morirá quien peque. Nadie más... »Escúchenme ahora, pueblo de Israel. Tal vez digan: "Los caminos del Señor no son rectos." ¿Pero en verdad no son rectos? ¿No es, más bien, que los caminos de ustedes son torcidos? Si el justo deja de ser justo, e incurre en actos malvados, merece la muerte, ¡y morirá por la maldad que cometió! Pero si el malvado se aparta de su maldad y se apega al derecho y a la justicia, habrá salvado su vida por fijarse en todas las transgresiones que había cometido y apartarse de ellas. Así que no morirá, sino que vivirá. »Pero si aun así el pueblo de Israel sigue diciendo: "Los caminos del Señor no son rectos", ¿en verdad no son rectos mis caminos, pueblo de Israel? ¡Lo cierto es que son los caminos de ustedes los que no son rectos! Así que, pueblo de Israel, voy a juzgar a cada uno de ustedes según sus caminos. Por lo tanto, vuélvanse a mí y apártense de todas sus transgresiones, para que su maldad no sea la causa de su ruina. »Pueblo de Israel, ¿por qué tienen que morir? Apártense de todas las transgresiones que han cometido, y forjen en ustedes un corazón y un espíritu nuevos, porque yo no quiero que ninguno de ustedes muera. Así que vuélvanse a mí, y vivirán.

Los profetas del antiguo Israel estaban muy ocupados. Si Israel no perseguía dioses falsos y practicaba el paganismo, estaba encontrando otras formas de racionalizar sus pecados. En este caso, Israel culpaba de su continua pecaminosidad a las transgresiones de sus antepasados. "Los padres se comieron las uvas agrias, y a los hijos les dio la dentera".

Al sacar a la luz este viejo y gastado proverbio, Israel quería librarse del castigo de Dios, uno que estaba cayendo sobre ellos a través del azote de Babilonia. Querían tratar de eludir el llamado de Dios a ser santos. Las órdenes de marcha de Israel fueron claras como el cristal desde los días de Moisés. "Ustedes tienen que serme santos, porque yo, el Señor, soy santo. Yo los he apartado a ustedes de los otros pueblos, para que sean míos" (Levítico 20:26).

Lo mismo sucedía en los tiempos del Nuevo Testamento. Pedro escribe: "Pórtense como hijos obedientes, y no sigan los dictados de sus anteriores malos deseos, de cuando vivían en la ignorancia. Al contrario, vivan una vida completamente santa, porque santo es aquel que los ha llamado. Escrito está: «Sean santos, porque yo soy santo.»" (1 Pedro 1:14-16).

Pero, ¿cómo podemos ser santos? ¿Cómo podemos estar sin pecado ante Dios? Bueno, no podemos ... por nuestra cuenta. Pero hay Uno que ha ido antes que nosotros derramando Su sangre, dando Su vida por el mundo y luego, en la victoria de Pascua, resucitando de la tumba para conquistar el pecado, la muerte y el diablo para siempre. Su nombre es Jesús. En él hay santidad de vida para todos los que le confían su vida con fe (ver Juan 3:16).

ORACIÓN: Padre Celestial, santifica nuestras vidas mediante el don de la fe en Tu Hijo Jesús. En Su Nombre oramos. Amén.

Paul Schreiber

Para reflexionar:
* ¿Qué cosas te han transmitido tus antepasados?

* ¿Sientes que has recibido algún rasgo negativo de tus padres o abuelos?
© Copyright 2020 Cristo Para Todas Las Naciones. Que a través de estos devocionales, la Palabra de Dios te refresque en tu diario caminar.
Los profetas del antiguo Israel estaban muy ocupados. Si Israel no perseguía dioses falsos y practicaba el paganismo, estaba encontrando otras formas de racionalizar sus pecados.

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