Leer: Deut. 32:1-12
La Biblia en un año: 1 Crónicas 16–18; Juan 7:28-53
… Lo guardó como a la niña de su ojo (v. 10).
«Dios es como un párpado», dijo mi amiga Ryley, y yo pestañeé sorprendida. ¿Qué querría decir?
«Cuéntame más», respondí. Juntas, habíamos estado estudiando imágenes
sorprendentes de Dios en la Biblia; cosas como Dios como una madre en
trabajo de parto (Isaías 42:14) o un apicultor (7:18), pero esta
metáfora era nueva para mí. Ryley me señaló Deuteronomio 32, donde
Moisés alaba cómo Dios cuida a su pueblo. El versículo 10 dice que el
Señor protege a su pueblo y lo guarda «como a la niña de su ojo».
Según Ryley, la palabra traducida niña significa literalmente
«pupila». ¿Y qué rodea y protege la pupila? ¡El párpado, por supuesto!
Dios es como el párpado, que, instintivamente, protege el ojo frágil. El
párpado guarda el ojo del peligro y, al pestañear, ayuda a quitar
el polvo, además de evitar que se meta sudor. También lubrica el globo
ocular y lo mantiene saludable; y se cierra para permitir el descanso.
Al considerar la imagen de Dios como párpado, no pude evitar darle
gracias por las muchas metáforas que nos ha dado para ayudarnos a
entender su amor por nosotros. Cuando cerramos los ojos por la noche y
los abrimos a la mañana, podemos pensar en Dios y alabarlo por su tierna
protección y cuidado.
Señor, gracias por protegernos tal como el párpado guarda el ojo.
Cuando pestañees, recuerda dar gracias a Dios por su protección.
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