Wednesday, July 10, 2019

Devocional de la CPTLN del 11 de Julio de 2019 - La pregunta correcta


ALIMENTO DIARIO

La pregunta correcta

11 de Julio de 2019

En ese momento, un intérprete de la ley se levantó y, para poner a prueba a Jesús, dijo: «Maestro, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?» Jesús le dijo: «¿Qué es lo que está escrito en la ley? ¿Qué lees allí?» El intérprete de la ley respondió: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo.» Jesús le dijo: «Has contestado correctamente. Haz esto, y vivirás.»

¡Alguna vez hiciste una pregunta tan confusa que no solo no estaba bien, sino que ni siquiera estaba mal? Eso pasó con el abogado que decidió probar a Jesús. "Maestro", pregunta, "¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna?" ¡Ouchi! Escucha otra vez: "¿Qué debo hacer?" O quizás el énfasis deba ser: "¿Qué debo yo hacer?" Sea como sea, todo se resume en las buenas acciones y no en la gracia que Dios da; solo está interesado en lo que él hace. Está tan confundido, ¡que ni siquiera está equivocado!

Y Jesús lo sabe. Pero sigue adelante y le permite que continúe con su argumento hasta llegar a una conclusión lógica. "¿Qué está escrito en la ley?". "Bueno", dice el hombre, "hay que hacer esto y aquello". Y Jesús le responde: "Bien. Hazlo, y vivirás ".

Pero ese no es el final de la conversación, ni para el abogado ni para Jesús. El abogado, pobre tonto, intenta justificarse a sí mismo, ¡pero Jesús sabe que no puede! Ningún ser humano se va a justificar a sí mismo al guardar los Mandamientos. Cada uno de nosotros los ha transgredido. Jesús dice: "Haz esto y vivirás", claro. Pero, ¡ninguno de nosotros puede "hacer esto!"

Pero Jesús es misericordioso. Entonces continúa, contándole la historia de un hombre judío (como el abogado) que es asaltado y abandonado por muerto a un lado del camino. ¿Quién lo va a ayudar, si él no puede ayudarse a sí mismo? Solo un hombre: un hombre bondadoso, misericordioso y amoroso que le limpia y cubre las heridas, lo pone en su burro, lo lleva a un lugar seguro, lo cuida toda la noche y paga para que lo sigan cuidando.

¿Suena como alguien que conoces? Por supuesto que sí. Ese hombre, ese buen samaritano, suena como Jesús. Suena como el Hijo de Dios, el Salvador del mundo que nos encontró a cada uno de nosotros asaltados, heridos y medio muertos por causa del diablo.

Jesús no nos pasó por alto. Tampoco nos dejó a que nos rescatemos a nosotros mismos haciendo tantas buenas obras como pudiéramos hasta que, de alguna manera, compensemos nuestro propio pecado y nos restauremos a nosotros mismos a la salud espiritual. No, Jesús nos recogió, vendó nuestras heridas, se ocupó de nuestro cuidado y restauró nuestra salud. Más aún: renunció a su vida para que pudiéramos conocer la vida de quienes pertenecen a Dios. Y cuando resucitó de entre los muertos, nos ofreció a todos los que confiamos en él esa misma vida eterna como un don de amor puro y bondadoso.

"¿Qué debo yo hacer para ser salvo?", fue la pregunta. Jesús responde: "Esto es lo que yo hice para salvarte".

ORACIÓN: Señor Jesús, gracias por cuidarnos y amarlos a pesar de no merecerlo. Amén.

Dra. Kari Vo

Para reflexionar:
  • ¿Qué crees que debes hacer para satisfacer las demandas de la justicia de Dios?
  • ¿Qué te resulta más difícil: amar a Dios con todo tu ser, o amar al prójimo como a ti mismo? ¿Por qué?

© Copyright 2019 Cristo Para Todas Las Naciones. Que a través de estos devocionales, la Palabra de Dios te refresque en tu diario caminar.
¿Qué crees que debes hacer para satisfacer las demandas de la justicia de Dios?

No comments:

Post a Comment