CPTLN devocional del 25 de febrero de 2020 - Amor por el renegado

ALIMENTO DIARIO

Amor por el renegado

25 de Febrero de 2020

Luego Dios el Señor hizo túnicas de pieles para vestir al hombre y a su mujer.

— Génesis 3:21 (RVC)

A la persona que insiste en que el Dios de la Biblia es distante o está muy alejado de las preocupaciones humanas, el texto de hoy le dice lo contrario.

Antes del capítulo 3, el libro de Génesis nos muestra a Dios creando los cielos y la tierra en seis días, llamando a las estrellas que salpican el universo, a los peces que pululan en los océanos y a todo lo demás que conocemos. Llenar el universo con galaxias cubiertas de sol, complejos sistemas planetarios y un mundo como el nuestro no fue una tarea fácil. Y para mostrarlo, Dios tomó el séptimo día para descansar de sus labores.

Pero la creación no fue solo el acto imaginativo de llamar a la existencia a algo de la nada; también implicó nombrar un ser para supervisar su obra. Para el hombre, el pináculo de su creación, hecho "a su imagen" (Génesis 1:27b), Dios tenía planes muy especiales: no solo llevaba la imagen de Dios, sino que también tenía dominio sobre su creación. Con esta delegación de poder Dios estaba tan complacido, que dijo que "era bueno en gran manera" (ver Génesis 1:27-31).

Hasta aquí todo bien, ¿no? Bueno, no en lo que concierne al hombre. Colocado en lo que tenía que ser un paraíso idílico de increíble belleza y tranquilidad, el hombre recibió una simple directiva: Puedes comer de todo árbol del huerto, pero no debes comer del árbol del conocimiento del bien y del mal, porque el día que comas de él ciertamente morirás" (Génesis 2:16b-17).

Suena bastante claro. Pero con el tiempo, el hombre y la mujer que Dios le dio, pronto encontraron la manera de estropearlo todo. Retorcieron el simple mandato de Dios usándolo para sus propios fines, y como consecuencia, hasta el día de hoy el universo brama por el horror de su desobediencia. "La mujer vio que el árbol era bueno para comer, apetecible a los ojos, y codiciable para alcanzar la sabiduría. Tomó entonces uno de sus frutos, y lo comió; y le dio a su marido, que estaba con ella, y él también comió. En ese instante se les abrieron los ojos a los dos, y se dieron cuenta de que estaban desnudos; entonces tejieron hojas de higuera y se cubrieron con ellas" (Génesis 3:6-7).

La flagrante falta de respeto de Adán y Eva hacia Dios y el hábil engaño de los serpentinos poderes de la oscuridad, los dejaron desnudos y asustados. Ese único acto minó por completo a la humanidad. Su desobediencia deliberada había saboteado una vida fructífera cuidando el jardín de Dios en su compañía. Entonces, en lugar de correr hacia el Rey de la creación huyeron de su presencia, buscando en los árboles la discreción que ahora necesitaban.

Pero, si bien su pecado los alejó de la presencia de Dios, Dios no dejó de cuidarlos: "Luego, Dios el Señor hizo túnicas de pieles para vestir al hombre y a su mujer" (Génesis 3:21). Dios nunca deja de dar. Aunque nos rebelamos y nos alejamos, Dios nos cubre con su amor. Lo hizo en el jardín. Lo hizo en la cruz. Él siempre está de nuestro lado. "¿Qué más podemos decir? Que si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar en contra de nosotros. El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?" (Romanos 8: 31-32).

ORACIÓN: Padre celestial, tu misericordia no conoce límites. Gracias por cubrirnos con tu amor. En el nombre de Jesús. Amén.

Paul Schreiber

Para reflexionar:

1. ¿Cómo se te ocurre que Dios hizo algo para que Adán y Eva se cubrieran?
2. ¿Te ha vestido Dios cuando necesitabas protección? ¿Cuáles fueron las circunstancias?

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¿Cómo se te ocurre que Dios hizo algo para que Adán y Eva se cubrieran?