Sunday, January 1, 2017

Devociones de Adviento - El momento y lugar indicados

Lunes 02 de Enero

Lucas 2:36-38

En ese mismo instante Ana se presentó, y dio gracias a Dios y habló del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén. (Lc 2:38, RVC)

Estar en el lugar indicado, en el momento justo. A veces sucede, ya sea para nuestro bien o el bien de los demás, y entonces exclamamos cosas tales como ¡fue de Dios! Es que no hay manera de explicar ciertos encuentros o coincidencias. Hasta parece que una mano invisible hubiese organizado todo.

Ana, la anciana profetisa que había pasado casi toda su vida en el templo, vive uno de esos momentos únicos e irrepetibles. Tras largos años sirviendo en la casa de Dios con ayunos y oraciones, consideraba que ése era su lugar en el mundo. Y Dios, a quien había servido con tanta fidelidad, le tenía reservada una sorpresa mayúscula: iba a permitirle ver con sus propios ojos al niño Mesías, su redentor. ¿Acaso fue casualidad? No, en realidad estuvo allí en el momento y lugar indicados.

Ese niño Mesías, el Salvador del mundo, sigue haciéndose presente en los templos en los que se predica su evangelio y se entrega su perdón y salvación en cada servicio divino. Lamentablemente, algunos creen que la iglesia está llena de hipócritas y que ellos--buenos por sí mismos--no tienen por qué estar allí. Otros quizás piensan que son demasiado pecadores y que no tienen cabida en ese lugar, porque es un sitio reservado para santos. Lamentablemente, tanto unos como otros se privarán de un encuentro con Jesús. Porque para encontrarnos con Jesús, es necesario que le busquemos allí donde él se deja encontrar.

No renunciemos a nuestra búsqueda. Jesús quiere encontrarnos. Escuchemos el testimonio de aquellos que, como Ana, nos hablan de Jesús.

Señor Dios: condúceme a tu templo para que pueda oír la invitación de quienes ya se han encontrado contigo. Por Jesús. Amén.

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