Wednesday, December 21, 2016

Devociones de Adviento - Un Santo Ser: Hijo de Dios

 Lucas 1:26-38

El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el Santo Ser que nacerá será llamado Hijo de Dios. (Lc 1:35b, RVC)

No hay palabras para explicar el tremendo privilegio que habría de tener María, la madre de nuestro Salvador. Una joven virgen pueblerina, comprometida para casarse, un buen día es visitada por un mensajero del cielo. Podemos imaginarnos lo que pasó por su mente y su corazón durante ese encuentro. ¡Cuántas preguntas! ¡Qué sorpresa!

Una historia preciosa que venía germinando por siglos, de pronto iba a brotar con esplendor. María habría de engendrar al ser más extraordinario que ha pisado esta tierra: al mismísimo Hijo de Dios, la encarnación de la segunda persona de la Santa Trinidad. Un gran hombre, pero al mismo tiempo Hijo del Altísimo. Cielo y tierra, Dios y hombre, desde ahora estarán fundidos en ese ser que unirá para siempre al Creador con la criatura. Dios decide hacerse humano, y ese encuentro se producirá en el vientre de esa joven escogida. ¡Cuánta emoción!

Dios tomará su carne y su sangre del cuerpo de una mujer a la que Él mismo había preparado desde la eternidad. María es la nueva Eva, la mujer a través de la cual nace la simiente para aplastar la cabeza a Satanás. Para quienes hemos sido esclavizados por el pecado, para aquellos que sufrimos por estar lejos del Creador, este relato nos muestra cuán en serio toma Dios nuestra situación. ¡Cuánta esperanza!

Que la humildad y la fe de María nos tracen la senda en este tiempo de Adviento. Confiemos, alegrémonos y celebremos aquello que Dios nos regala.

Jesús, hijo de María: Cuánto amor me has demostrado al dejar tu gloria eterna para hacerte uno de nosotros. Que mi corazón confíe y se regocije por este regalo. Ven a mi corazón, Señor. Amén.

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